El viento me golpea sin detenerse, me castiga tanto que no puedo casi respirar, las aguas me ahogan, la indiferencia hace frente para detener mi mas profundo deseo de inclinarme a quien lo necesita, son como ordas, como ejercitos no permitiendo que sonrria y deje ver la luz dentro de tanta oscuridad, esta soledad puede ser tan cruel, este puede ser un mundo tan melancolico y lleno de sombras.
Aqui veo tu luz, desde lejos me permites encontrar una salida, los rayos de tu lampara me brindan esperanzas y casi ya sumergido en el mar de los quebrantos, tus destellos muestran el camino que casi habia extraviado, no haces diferencia, no eres egoista, tu luz es blanca como tu alma y es eso exactamente lo que buscaba en medio de tantas lagrimas, que lindo faro eres, casi perdía la fe, el deseo de vivir, que bueno es saber que puedes alumbrar desde lo profundo de mi corazon, que bueno es saber que esta playa la recorreremos juntos aunque camine solo.
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Dedicado a nuestros hermanos de Haití, a quienes acompañamos. Queremos pedirles que se contacten con sus embajadas o centros de ayuda humanitaria, ellos lo necesitan, nosotros les enviamos nuestro amor y oración para que puedan encontrar fortalezas en estos momentos dificiles, Este es el tiempo cuando debemos reaccionar y demostrar la grandeza que hay dentro del corazón, y reflexionar por los cambios que esta sufriendo el planeta y tomar conciencia, saludos Namaste.
Mauricio Rojas Ortega
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